viernes, 28 de marzo de 2008

Ley de Cultura del Estado de Sinaloa: ¿Algunos errores? Parte uno de: saldrán varias

En días pasados llegó a mis manos, gracias a una amiga, una fotocopia de la iniciativa de Ley de Cultura del Estado de Sinaloa. Hago la aclaración del regalo de la copia porque el día del evento de relanzamiento de la política cultural del estado donde la firma de la iniciativa era la “cereza” del mismo, no la hicieron pública (sólo algunas personas allegadas a quienes la elaboraron la tenían); hasta días después, en conferencia de prensa, la distribuyeron, y en la página de internet del Congreso estuvo disponible semanas más tarde. Gracias a esta amiga me la llevé de vacaciones y haré, a mi humilde modo y desde mi trinchera, algunas observaciones. Iniciaremos de lo general a lo particular y en orden de aparición, tratando de no perdernos.

El primer y grandísimo error, que se va haciendo evidente conforme se avanza en los considerandos, es entender a la Cultura, en su concepto, como sólo la actividad artística o de las bellas artes, cuando éstas son parte integral de la cultura de un pueblo. Cuando se usa el término Cultura en un sentido social, se refiere a los diversos aspectos de la vida de esas sociedades. En general, podemos decir que cultura es el conjunto total de los actos humanos en una comunidad dada, ya sean éstos prácticas económicas, artísticas, científicas o cualesquiera otras. Toda práctica humana que supere la naturaleza biológica es una práctica cultural. Esto de acuerdo con las definiciones actuales. Este uso actual del término Cultura designa, como se dijo antes, el conjunto total de las prácticas humanas, de modo que incluye las prácticas: económicas, políticas, jurídicas, ecológicas, violentas, científicas, religiosas, comunicativas; son, pues, prácticas sociales en general.

Para digerir el concepto de “cultura”, primero es pertinente reconocer que es muy extenso. Para configurarse necesita de un sinfín de elementos: lo que las personas creen, cómo se comportan, la manera en que transforman su entorno, el modo en que conciben la vida, el mundo, las ceremonias que realizan, el arte que producen, lo que utilizan para vivir y las tradiciones que son transmitidas. En otras palabras, la cultura es el conjunto de rasgos distintivos: espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o grupo en un periodo determinado. Su importancia radica en que a través de ella el ser humano puede expresarse y tomar conciencia de sí mismo. Además, la cultura da cohesión al grupo: identidad. Esto existe a todos niveles, que van desde familias, grupos de trabajo, comunidades, pandillas, hasta grupos mayores como las culturas regionales, nacionales y globales.

La cultura de cualquier grupo humano se basa en tres elementos: ideas, costumbres y objetos. Todos ellos permiten tener una visión del mundo y ubicarse en él. Las ideas comunes son los elementos que sostienen a los grupos sociales, pues facilitan que se relacionen entre sí a partir de compartir estas ideas sobre la composición del mundo, y no sólo que las compartan sino que las constituyan: qué consideran positivo y qué negativo. Estas ideas sobre el mundo se materializan en costumbres, mismas que incluyen reglas sobre la comida, la vestimenta, las actividades económicas, los valores, los hábitos de higiene, personales o sociales, y la convivencia con su entorno.

Para ampliar y concluir con el concepto, presentamos algunas definiciones, siempre anteponiendo la palabra cultura. Cultura material: incluye los objetos producidos para las actividades cotidianas y ceremoniales como casas, herramientas de trabajo, artesanías o trajes típicos, entre otros. Cultura como saber tradicional: incluye los conocimientos que permiten el aprovechamiento de los recursos naturales disponibles. Cultura como instituciones y organización social: se refiere a las instituciones sociales que rigen la vida del grupo: familia, tenencia de la tierra, control de los recursos naturales, impartición de justicia, elección de líderes o autoridades, educación, salud, entre otros. Cultura como visión del mundo: elementos que dan sentido a las creencias, saberes y valores de una comunidad. Cultura como prácticas comunicativas: se considera desde una perspectiva relacionada con la interacción de los individuos y sus prácticas comunicativas, propias de cada grupo humano, incluido el arte.

Lo anterior está lejos de ser una definición de Cultura, el fin de ello es sólo hacer ver el gran error que se comete al delimitarlo a los monumentos históricos, actividades artísticas o bellas artes. Esto a pesar que en los primeros considerandos es plural y engloba a más actividades, después se pierde, ya en los artículos deja fuera la amplitud del quehacer cultural en el estado. Aunado a ello en los órganos ejecutores, que son dos pero parecen tres, la junta directiva y el consejo estatal de cultura, se deja fuera a organismos involucrados en la cultura como: ciencia y tecnología, deporte, turismo, ecología, género, etc.

Esto es solo el inicio, para las próximas entregas analizaremos algunas particularidades de los artículos que comprenden esta ley, que en algunos casos son excluyentes, limitados, contradictorios y, otros, violatorios de las leyes federales.

domingo, 17 de febrero de 2008

Relanzamiento de la Política Cultural del Gobierno del Estado de Sinaloa


Después de larga espera y de haberlo pospuesto se realizó (con bombo y platillo) un evento al que llamaron Estrategia de Relanzamiento de la Política Cultural del Gobierno del Estado de Sinaloa. Esto lejos de representar algo nuevo en materia de Política Cultural fue anunciar la continuidad de la mayoría de los programas ya establecidos y la creación de algunos nuevos. Creo, también se trató de la presentación en público y ante la crema y nata, y otros que no pertenecen a ella, de artistas, promotores y uno que otro legislador, de la nueva cabeza del que hacer cultural del Estado. Sin embargo lo que realmente involucraba a una política cultural pasó desapercibido para la mayoría de los asistentes y uno que otro periodista.

En la gran mayoría, si no es que todo, de lo que mencionó en su discurso el nuevo dirigente de DIFOCUR no tiene nada que ver con una política cultural. Los planes y programas, continuos o nuevos, a ejecutar no son, ni el la forma de redactarlos, una política cultural, pueden obedecer a, pero no ser ello. El Gobernador del Estado dijo que "DIFOCUR ha escrito páginas memorables en la historia de la cultura moderna, es una institución que ha cumplido su ciclo, de ahí su próxima conversión a Instituto Sinaloense de Cultura". Agrego que "La estructura, atribuciones y normatividad con que cuenta DIFOCUR, ya no responde a la dinámica cultural que vive Sinaloa. Por ello la necesidad de actualizar la organización institucional de la cultura". Y lo que casi pasó desapercibido la firma de la iniciativa de la Ley de Cultura del Estado.

Digo que casi pasó desapercibido por que así lo fue, pocos notaron qué era lo que estaba firmando el gobernador, sólo fueron evidentes algunos tres flashasos de las cámaras fotográficas que cubrían el evento, y, lo que sigue, gracias por venir...

No es nuevo el presentar una iniciativa de ley de cultura, sólo esperamos que esta vez sí se pongan de acuerdo, y no sólo eso, si no que la lean, la analicen, y se le hagan las correcciones que se les tenga que hacer, pero lo más importante, hacer a un lado la ideología oficial y escuchar a las partes para así tener una Ley de Cultura democrática e incluyente de la voz de los pueblos de Sinaloa. En el caso DIFOCUR, esperemos que no nada mas sea cambiarle el nombre, sino realmente encausarla a responder las nuevas necesidades del estado. La conversión a Instituto Sinaloense de Cultura. En la mayoría de los Estados de México se ha elevado a instituto el que hacer cultural y a decir de ellos a funcionado bien, han captado mayores recursos, cuentan con una ley que los ampara y una política cultural actualizada. Es cierto también que gran parte de la captación de estos nuevos recursos (excepto los etiquetados para fines específicos) se van a mantener el aparato burocrático que implica mantener al haberlo convertido a Instituto, y los planes y programas se han quedado con el mismo presupuesto.

Discúlpenme, pero no puedo dejar pasar lo de política cultural, así pues escribo lo siguiente.

En la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural del 2001 en su artículo 9 dice textualmente “Las políticas culturales, en tanto que garantizan la libre circulación de las ideas y las obras, deben crear condiciones propicias para la producción y difusión de bienes y servicios culturales que dispongan de medios para desarrollarse en los planos local y mundial. Cada Estado debe, respetando sus obligaciones internacionales, definir su política cultural y aplicarla, utilizando para ello los medios de acción que juzgue más adecuados, ya se trate de apoyos concretos o de marcos reglamentarios apropiados”.

Para Eudoro Fonseca en su libro Hacia un modelo democrático de política cultural del 2003 dice que “La política cultural debe estar centrada en los intereses de la sociedad, en los intereses de los ciudadanos. El antiguo paradigma tuvo una ideología de Estado, una ideología oficial; el nuevo paradigma cultural debe ser la expresión de la pluralidad y la diversidad social”

Cito estos dos pequeños textos para ilustrarnos un poco y tratar de entender qué es una política cultural (si no son suficientes, existe una infinidad de textos sobre el tema y hasta en diferentes corrientes si no nos convence alguna).

Una cosa son los planes y programas a ejecutar (medios de acción si quieren llamarles), y otra cosa, pero muy, muy diferente es la Política Cultural. En ella se marcan los ejes rectores a buscar. A manera de ejercicio se describe lo siguiente: El Qué: construir en la sociedad un pensamiento crítico y sensibilizarlos con su entorno. (un gran eje de una política cultural) El Cómo: incluir en la curricula de educación del estado una materia que contenga educación cívica, cultural y la practica de las manifestaciones artísticas.(acá, en el cómo es donde se desprenden los planes y programas a ejecutar con la finalidad de coayudar a lograr los objetivos de la política cultural) El Para Qué: Se ha comprobado que en una sociedad sensibilizada con su entrono, los índices de violencia han disminuido, por otro lado una sociedad crítica es una sociedad exigente y a su vez autocrítica de conductas y formas de vida.

Esto es sólo un ejercicio y de ninguna manera representa una formula mágica, porque si es magia no es política cultural.